BNHA: Yo soy Reiji Toga

La brisa cálida del atardecer soplaba sobre las gradas ya vacías de la U.A., donde solo quedaban residuos del evento y voces dispersas del personal recogiendo el estadio. Frente a la verja principal, junto al cartel de la academia, Reiji esperaba con las manos en los bolsillos y la capucha baja, como si la sombra de su rostro lo ayudara a esconderse de la emoción que aún latía en su pecho.

La vio salir entre dos enfermeros, cojeando levemente, pero con una sonrisa que parecía pegarse al rostro como una declaración de guerra. Tenía vendas en el torso y una curita sobre la mejilla, pero sus ojos brillaban con orgullo.

"Lo lograste" Dijo Reiji, sin tono evidente, pero con la mirada fija en ella.

Himiko levantó los brazos con lentitud, como si celebrara su propia victoria silenciosa. "¿Viste eso? Estuve a esto de ganarle a Tamaki" Exclamó con una carcajada ronca. 

Reiji asintió. "Y luego él perdió contra Mirio en la final"

"Sí… ¡¡Y vaya batalla!! Lo hizo volar por todo el coliseo antes de terminar estampado. Pero aún así, Tamaki es increíble… jamás sentí que me tomara a la ligera. Peleó en serio. Como si creyera que podía ganarle" Bajó un poco la voz en la última frase, aún con cierto asombro en ella.

Caminó hasta él. Por instinto, Reiji levantó un brazo para que ella pudiera apoyarse sin necesidad de pedirlo. Ella se lo tomó con naturalidad.

"¿Dijeron algo los profesores?" Preguntó él.

"Sobre la pelea, sí. Me felicitaron. Pero... también uno me preguntó algo raro" Bajó la mirada, pensativa. "Me dijo que cuando me transformé en ti, parecía que... me recuperaba más rápido de los golpes. Que eso no es normal en mi Quirk"

"¿Y tú qué dijiste?"

"Que ni idea" Se encogió de hombros. "No lo sentí raro. Solo... como si pudiera aguantar más. Pero no me curé como tú, eso estoy segura. Apenas logré terminar la pelea"

Reiji no respondió. Pero su mente ya comenzaba a maquinar posibilidades. ¿Un eco genético? ¿Una reacción compartida? ¿Una huella residual?

Ella no lo notó. Solo siguió hablando.

"Reiji…" murmuró después de unos pasos, con la voz más baja. "¿Lo hice bien?"

Él se detuvo. La miró con expresión neutra, pero sostuvo su atención unos segundos más de lo habitual.

"Asombroso" Dijo finalmente. "No por pelear… por pensar mientras lo hacías. Tamaki se lanzo con un ataque directo, pero calculaste fríamente y le pusiste en aprietos"

Ella sonrió más ampliamente, y por un momento, la venda en su mejilla pareció una medalla.

Pero apenas dio un par de pasos más, su rostro cambió. El cuerpo no le daba más. El peso de las heridas, el desgaste muscular, todo le caía encima con cada movimiento. Se sentía fatigada, incluso aun cuando había comido algo antes. Lo atribuyo directamente a todo el esfuerzo físico anterior pero Reiji noto que eran justamente el efecto secundaria de su regeneración...

"...Me duele hasta el alma" Murmuró. "¿Me cargas?"

Reiji suspiró. No porque no quisiera, sino porque sabía perfectamente lo que vendría con eso. Pero tampoco podía dejar que caminara todo el viaje. Ella se lo había ganado. Y más aún: él lo sabía.

"Sube" Dijo sin más, inclinándose levemente hacia adelante.

Himiko no tardó. Se apoyó primero en su espalda, con lentitud, como si saboreara el momento. Sus brazos lo rodearon por los hombros, y luego, muy despacio, presionó su pecho contra su espalda con un roce completo, cálido, constante. Sus piernas se cerraron sobre su cintura y él las sostuvo con firmeza por debajo, sintiendo el temblor leve de sus músculos recién atendidos.

Ella apoyó la mejilla sobre su cuello, respirando su aroma a sudor seco y loción de entrenamiento. Su aliento le rozó la piel.

"Sabes que esto me gusta, ¿verdad?" Murmuró, esta vez mucho más cerca de su oído, en un susurro cargado de verdad.

"Sí" Respondió él, sin apartar la mirada del camino, pero sintiendo cada pequeño gesto con dolorosa claridad.

"¿Y sabes que lo voy a seguir pidiendo?" Esta vez, sus labios rozaron apenas el borde de su oreja. No lo hizo con intención provocadora, pero tampoco fue inocente.

"...Sí" Dijo Reiji con un tono casi inaudible, sintiendo la presión de sus muslos sobre él, el calor del cuerpo de ella encajando con el suyo como una segunda piel.

Ella se acomodó aún más, bajando la cabeza hasta que su frente se hundió en el espacio entre su cuello y hombro. Y allí, lo abrazó con una fuerza suave pero insistente, como si temiera que si aflojaba, él se desvanecería.

"¿Sabes por qué me gusta?" Susurró al fin, su voz vibrando contra su clavícula.

Reiji no respondió.

"Porque así puedo sentir que soy parte de ti... aunque sea un rato"

Él apretó un poco más sus manos bajo sus muslos, sin decir una palabra. Todavía quedaba un largo camino a casa, donde tendría que luchar entre la delgada linea que los separaba y que Himiko quería romper constantemente.

Y sin previo aviso, aprovechando que no había nadie alrededor. Ella clavo sus dos colmillos en el cuello de Reiji.

El cuerpo de Reiji se tensó al instante. No por dolor, ya estaba acostumbrado, sino por el significado oculto detrás de esa mordida. El calor de sus colmillos, el breve ardor de la piel al ser perforada… y luego, esa succión suave, controlada, casi reverente.

Himiko gimió apenas, contra su cuello, apenas un susurro ahogado que no se podía confundir con otra cosa. Su cuerpo reaccionó al instante, como si un chispazo eléctrico le recorriera la espalda. Sus piernas se cerraron un poco más alrededor de su cintura, sus manos se aferraron a su pecho, y su aliento se volvió entrecortado. Un leve temblor la recorrió desde la nuca hasta los pies.

No era solo hambre.

Era deseo.

Reiji apretó los dientes, sin decir palabra. El calor que se propagaba desde su cuello al resto de su espalda era tangible, y Himiko se acurrucaba aún más, jadeando suavemente entre bocados, como si su cuerpo no supiera cómo contenerse.

Entonces, tras unos segundos que parecieron eternos, soltó. Su lengua recorrió la herida con la ternura de un gato cuidando a su cría, y luego volvió a apoyarse en su hombro.

"...Gracias" Murmuró, casi en un suspiro somnoliento, empapada de calor, cuerpo y alma.

Reiji no respondió. Solo caminó. Con ella encima, pegada a su espalda...

***

"¿Así que ahora estás oficialmente en el curso de héroes?"

Himiko asintió con una sonrisa amplia, sosteniendo el uniforme nuevo contra su pecho como si fuera un trofeo. Sus ojos brillaban, como si por fin hubiese cruzado una línea invisible que tanto deseaba.

"¡Sí! Pasé la evaluación física y la psicológica. ¡La directora dijo que mis resultados en el festival fueron más que suficientes!" agitó el papel con el sello oficial de la U.A. "¡Soy parte del grupo beta del curso de héroes!"

Reiji la observó desde el marco de la puerta. Estaba orgulloso, aunque su rostro no lo dijera con claridad. No lo celebraba con efusividad, pero su silencio era más que suficiente para ella. Él había movido hilos para protegerla desde la sombra… pero esto, esto era mérito suyo.

"Me alegra" Dijo al fin, seco pero sincero.

Ella sonrió como si le hubiera dicho mil cosas más. 

Los recuerdos llegaron cuando entro al café. Era discreto, con ventanas polarizadas y aroma a grano recién molido. Un refugio que Hawks había elegido por rutina… o tal vez porque sabía que Reiji no soportaba lugares ruidosos.

Estaba sentado al fondo, sin disfraz esta vez. Solo una chaqueta oscura, el cabello recogido, y las alas bien dobladas. Cuando Reiji entró, no hubo saludo, solo un gesto con la cabeza.

Se sentó frente a él. Dejaron pasar los primeros segundos en silencio.

"Pareces menos enojado últimamente" Dijo Hawks, cruzando los brazos. "¿Te cambiaste de shampoo o solo te dejaste arrastrar por la adolescencia?"

Reiji ladeó la cabeza, sin humor.

"Solo estoy libre. No tener a la comisión todo el día molestando es relajante"

"Y yo que pensé que seria porque tu hermana fue aceptada al curso de héroe... Dos pasan volando, ¿No?"

Reiji no respondió, pero Hawks leyó el silencio.

"Me alegra que esté bien. Escuché lo del festival… y del combate con Tamaki. Supongo que verlo desde la tribuna fue distinto, ¿no?"

"Peleó como una maldita profesional"

"Sí, tiene esa chispa. Como tú, solo que más expresiva. Incluso diria que ella es mucho más impresionante, solo unas semanas y demostró tal nivel"

Hubo un breve silencio mientras ambos bebían.

"Vi que sigues entrenando a Shinso" Añadió Hawks con tono casual. "Buena elección. Tiene potencial, si alguien lo guía"

"No tengo tiempo para juegos. Si quiere ser héroe, tiene que entrenar como uno"

"¿Y el otro chico? Midoriya"

Reiji parpadeó. No había hablado mucho de eso.

"Lo conocí en el festival. Me sorprendió. No tiene Quirk, pero observa como si pudiera pelear con los ojos. Es raro" Mintió, su forma fue tan natural que ni siquiera Hawks se percato.

"¿Y por qué hablar con él?"

"No lo sé. Sentí que… valía la pena. No me pidió nada. Solo me habló de Himiko. De cómo peleaba, cómo pensaba"

Hawks lo observó un segundo más.

"A veces uno termina armando lazos sin querer. Tal vez no es una agencia lo que estás formando. Pero no estás tan solo como crees"

Reiji frunció el ceño.

"No estoy formando nada"

"Claro" Dijo Hawks, sonriendo, sin discutir. Ya le había dicho lo que tenia que decirle, así que no insistió.

Reiji no respondió. Miró su taza de café por unos segundos. Si se había relacionado con algunas personas, era por lo que se viene. Si el mundo no esta destinado a ser salvado, entonces tendría que asegurarse que todo saliera en la dirección adecuada.

***

Reiji ajustó el cierre de su chaqueta. Había pasado a dejar uno de los dispositivos que Mei le había pedido probar en combate simulado, y no pensaba quedarse mucho más. Sin embargo, al girar la esquina del pasillo exterior, se topó de frente con una figura que reconoció de inmediato.

Cabello largo, azul brillante con rizos que flotaban como si desafiara la gravedad. Ojos grandes, de un azul intenso, y una sonrisa que parecía eterna. Nejire Hado.

No había forma de confundirla. No para alguien que había visto tantas entrevistas y escenas de ella en su otra vida. Era igual de radiante que en los recuerdos.

"¡Oye, tú!" Exclamó ella, deteniéndose justo a un metro de él. "Tú eres Reiji, ¿cierto? El que salvó al chico de ese villano de lodo aquel día, ¡y también el hermano de Himiko!"

Se le acercó con naturalidad, invadiendo sin malicia su espacio personal. Tanto, que Reiji tuvo que evitar dar un paso atrás por reflejo. Sus rostros estaban peligrosamente cerca.

"Himiko habla mucho de ti, ¿sabes? Me preguntaba por qué... hasta que te vi en persona. ¡Ahora lo entiendo!"

La chica ladeó la cabeza, claramente analizándolo con la misma intensidad con la que observaba el mundo entero.

"No pensé que fueras tan serio…" Añadió, entrecerrando los ojos con una mezcla de curiosidad e intriga. "Aunque también pareces algo tenso. ¿Te incomoda que esté tan cerca?"

Reiji sostuvo su mirada sin pestañear. Su voz fue baja, pero firme:

"Un poco. Pero no lo suficiente como para que te detengas"

Nejire rió, genuinamente divertida. No se apartó.

"¡Eso fue honesto! Me gusta eso"

Se giró de repente, quedando hombro con hombro junto a él. Su cabello lo rozó accidentalmente, pero ella no pareció notarlo o simplemente no le dio importancia.

"Te he estado observando desde hace un tiempo. Me dio curiosidad ver a quién admiraba tanto Himiko… Aunque no me imaginé que fueras tú quien la entrenó en parte. Eso explica varias cosas"

"¿Lo dice ella o lo adivinaste tú?"

"Un poco de ambas" Respondió, sacando la lengua como si hubiera revelado un secreto.

Hubo un silencio breve.

"¿Sabes? Me gustaría hablar contigo otro día. Me gusta tu energía… aunque no la muestres mucho. Seguro tienes una forma rara y seria de ver el mundo. Eso me interesa"

Reiji asintió una sola vez.

"Cuando quieras"

Nejire se alejó con un salto ligero, girando sobre sus pies.

"¡Nos vemos, hermano sombrío de Himiko!"

Y como si fuera parte del viento, desapareció por el pasillo entre risas.

Reiji se quedó allí, inmóvil. No había perdido la calma ni el control. Pero no podía negar que, por un instante, Nejire Hado había agitado algo dentro de él.

Aquella energía absurda de alguien que caminaba por la vida como si todo fuera luz, incluso en medio de la oscuridad.

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