Chapter 49: Capítulo 48: La Danza del Bate
Fersman hablaba sin alzar la voz, pero no le temblaba ni una palabra.
"Llegaron por la entrada principal. Estaban acompañados por varios robots similares a los que se ven en el asentamiento de Svarog, pero mas avanzados. Dijeron que eran parte de una inspección de rutina y que, a partir de ese momento, las minas quedaban bajo administración externa. Cuando algunos trabajadores se negaron, soltaron a los robots. Tuvimos que evacuar."
Stelle miró la entrada bloqueada. Varios soportes metálicos habían sido cortados y reemplazados por barricadas improvisadas con piezas tecnológicas. Un dron patrullaba sobre la zona, emitiendo zumbidos bajos cada pocos segundos.
"¿Cuántos quedaron adentro?" Preguntó.
"Una docena, tal vez menos. Algunos intentaron resistirse, otros simplemente no alcanzaron a salir." Fersman negó con la cabeza. "No hubo ningún espacio para la negociación."
Marzo tensó el arco en silencio, preparando una flecha de hielo por reflejo.
"¿Y qué hay de Wildfire?" preguntó Seele. Su guadaña colgaba a un costado, lista.
"Se dividieron. La mitad fue a defender la clínica, la otra trató de recuperar el generador auxiliar. Perdimos comunicación con ellos hace veinte minutos."
"¿Quién lidera a los invasores?" preguntó, sin dejar de mirar el perímetro.
"Un sujeto de gafas oscuras. No dio su nombre. Dijo que era supervisor de seguridad interna, que tenía autorización directa y que respondería ante cualquier intento de resistencia con represalias más contundentes."
"Suena como todo un idiota." Dijo Seele con el ceño fruncido.
Fersman hizo un gesto breve hacia uno de los puntos de vigilancia.
"Algunos drones están armados con municiones especialmente potentes, hirieron de gravedad a algunos mineros."
"¡Ah! ¿Eran esos que nos topamos en el camino?"
Fersman asintió ante las palabras de Marzo.
"Las entradas a la mina parecen haber sido bloqueadas. Más robots y personal han llegado, la Guardia no ha llegado y tampoco hay señales de los Robots de Svarog..."
"No te preocupes, con nosotras debería bastar para ahuyentar a este grupo de imbéciles."
Stelle fruncio el ceño y se giró hacia sus compañeras.
"Vamos a movernos rápido. Si hay rehenes, lo primero es sacarlos. Recuperar la mina puede dejarse para más tarde cuando haya refuerzos, no importa cuan capaces seamos aún no terminaremos cansando luego de pelear mucho por lo que hay que priorizar el sigilo."
Marzo cargó la flecha en el arco, la energía helada condensándose en la punta.
"No tendrán oportunidad. ¡La súper espía 7 de Marzo ya llegó!"
Seele alzó un ceja y se giró hacía Stelle.
"Marzo ha estado viendo muchas películas de espías junto a Aleph últimamente." Comentó con un puchero.
¿Quien prefiere las películas de espías por encima de las películas de acción pura? Raritos.
....
Marzo fue la primera en colarse, resbalando por la pendiente helada que había creado para amortiguar el descenso. Seele la siguió poco después y Stelle entró de último.
El golpe de sus botas contra el metal retumbó más de lo necesario.
"¿Puedes bajar el volumen cuando pisas?" Murmuró Seele con una mano en la frente.
"No soy una pluma, ¿qué quieres que haga?" Replicó Stelle soltaba un bostezo y dejaba su breve listo.
"¿Dejar que termine de congelar la resbaladilla?" Comentó Marzo, exasperada. "Se supone que es una misión de infiltración, no tus extraños intentos de robar galletas."
Stelle abrió sus ojos en shock mientras retrocedía unos cuantos pasos.
"Tú, ¿como sabes sobre eso? Creí que mi disfraz era infalible."
"Stelle, usar un sombrero de copa, una capa roja, un monoculo y un bigote falso no es realmente un disfraz muy útil o discreto..." Marzo no sabía que decir exactamente mientras veía la expresión de incredulidad en el rostro de Stelle.
"Maldita sea, Aleph." Murmuro con los dientes apretados recordando quien le había sugerido tal disfraz."¡Tendre mi venganza!"
Seele rápidamente golpeó la cabeza de Stelle.
"Haces mucho ruido, ya después cuando la situación se calme podrás pensar en tu venganza contra Aleph, por ahora concéntrate en lo que estamos por hacer."
Stelle hizo un puchero mientras se frotaba la parte donde Seele había golpeado.
"Hmph."
**********
Avanzaron pegadas a la pared del túnel, sorteando cables y sistemas de ventilación medio colocados por los empleados. A medida que descendían, los sonidos sugerían que no estaban tan lejos de la parte central.
Se detuvieron al ver la primera bifurcación iluminada. Una pareja de empleados armados patrullaba con linternas y rifles.
Seele levantó una mano y les hizo una señal que ninguna de las dos entendió, lo que llevó a soltar un gemido frustrado antes de acercarse y susurrarles en voz baja que hacer.
Marzo deslizó una delgada capa de escarcha sobre el suelo, forzando a los dos hombres a caminar más lento por precaución. Seele, agazapada entre maquinaria descompuesta, se movió como una sombra. Cuando uno de ellos se acercó demasiado, lo tomó por la nuca y lo estrelló contra la pared. El otro apenas giró cuando Stelle ya estaba detrás. Un golpe seco en la base del cráneo, y cayó redondo.
"¿Eso es todo?" Preguntó Marzo, en voz apenas audible. "Pensé que serían más complicados de derribar."
"No esperes mucho, así de grandiosas somos." Dijo Stelle, encogiéndose de hombros. "Por cierto, nos acabas de maldecir."
"Son sólo supersticiones raras. No es real." Marzo se cruzó de brazos. "Sólo es una cosa tonta que dicen los que ven demasiadas películas."
"Pero ¿no le habías dicho algo similar a Aleph cuando recién llegábamos al Luofu?"
"... No, eso debe ser puramente un producto de tu imaginación hiperactiva."
Antes de que pudieran continuar hablando Seele las interrumpió con un gruñido molesto.
"¿Podrian dejar esta conversación para después? Ahora tenemos algo más importante que hacer." Comentó mientras señalaba con impaciencia a los Empleados inconscientes.
Pronto se agachó para arrancar tiras del uniforme del primer empleado.
"Ayudame con el otro."
Mientras Seele amordazaba a ambos usando retazos de tela, Marzo les formó grilletes.
El hielo de seis fases se ajustó a muñecas y tobillos.
A esas temperaturas, intentar romperlo sin herramientas no solo era inútil, sino arriesgado.
"Los dejaré ocultos en esa parte menos visible detrás de aquellas rocas. Dudo que noten esto antes de la siguiente ronda. Pero no quita que debemos apresurarnos." Dijo Seele, arrastrándolos a una esquina.
Stelle ya se había adelantado, casi doblando una curva sin mirar.
"¡Stelle!" Susurraron las dos al unísono.
La chica se detuvo con una mueca impaciente.
"¿Que? Primero quieren que sea sigilosa, luego que sea rápida ¿Por que no se deciden de una sola vez?" Se quejo mientras las miraba. "Si estuviera con Aleph estaríamos haciendo una carrera para ver quién derriba a más de estos tipos." Murmuro con un puchero.
"Bueno, tengo malas noticias para ti. No estás con Aleph, acostúmbrate." Comentó Seele con los brazos cruzados.
Stelle bufó, pero se mantuvo detrás de ella. Al menos por ahora.
*********
"Espera aquí unos minutos." Dijo Gepard mientras se ajustaba el guante izquierdo. "Recuerdo que Oleg me mencionó un punto de suministro discreto de Wildfire cerca. Tal vez pueda encontrar algo útil allí."
Aleph asintió sin decir nada. Observó en silencio cómo el capitán se alejaba entre callejones.
El aire se le escapó de la boca.
Sus ojos se abrieron mientras se llevaba una mano al pecho, jadeo mientras apretaba la mano, desconcertado por la situación.
La voz de Burroughs se escuchó en su cabeza.
[Maestro...] Había un inconfundible matiz de tristeza en su fría voz, que Aleph habría notado si no estuviera apretando los dientes ante la dolorosa sensación que lo asaltaba. [Estas son los resultados de sus acciones. Le advertí que no se propasara, le advertí que habría serías consecuencias si seguía absorbiendo cosas a ese ritmo sin darle tiempo a su cuerpo para adaptarse a los cambios.]
Aleph fruncio el ceño.
[Si hubiese sido sólo energía vital, habría experimentado un subidón de energía, su cuerpo tal vez tendría uno que otro daño serio pero nada que no se arreglará en un mes o dos con su nueva vitalidad mejorada... Pero, al absorber otro Stellaron ¡¿En que estaba pensando?!]
Jadeó.
Una sensación de frío lleno su cuerpo, como si todo el calor de su cuerpo se estuviera desvaneciendo.
Con una mano tiro hacía abajo la camiseta debajo de su abrigo.
Desde su pecho grietas de un dorado brillante comenzaban a extenderse por su cuerpo.
[Caelus y Stelle fueron diseñados especialmente para contener UN solo Stellaron, y sólo para contenerlo, mientras que usted no sólo los absorbe si no que usa activamente su energía. ¿Tiene una idea de lo que absorbió? ¿Siquiera se detuvo a pensar por un solo segundo en las consecuencias de sus actos? ¿O es que acaso tuvo la audacia de atreverse a pensar que mágicamente no ocurriría nada?]
Aleph permaneció en silencio, incapaz de replicarle.
[Tiene los días contados, Maestro. Debería buscar un método de supervivencia lo más rápido que pueda. Por ahora intentaré ayudarlo a reprimir la corrupción, pero le advierto que esto sólo evitará que sienta el fuerte dolor que ahora lo invade, no es una solución. Lamento decirle que esto es lo único que puedo hacer actualmente.]
Aleph asintió mientras sentía el calor regresar a su cuerpo. Las grietas en su pecho retrocedieron ligeramente pero permanecieron allí.
Al escuchar unos pasos cada vez más cercanos Aleph se recompuso lo mejor que pudo y re ordeno su ropa con cuidado para evitar parecer sospechoso.
Con un suspiro, puso una expresión mucho más serena, como la que había tenido antes.
"Lo encontré." Dijo Gepard, mostrando una caja de transporte gris. Al abrirla le mostró a Aleph el contenido, cinco drones cilíndricos, del tamaño de una botella, descansaban dentro. "Estos son drones explosivos de dispersión. No lo suficiente fuertes como para causar daños estructurales a la mina, pero sí para dejar fuera de combate a cualquiera en un radio de dos a cinco metros. Y también lo suficientemente silenciosos como para no alertar a los demás mientras se detonan."
"Mmm serán perfectos." Comentó Aleph mientras asentia.
"Esa es la idea. Entramos por la entrada principal. Lo más seguro es que esos tipos tengan guardias fijos allí. Si dejamos inconscientes a los de la primera línea sin alertar a los demás, podremos cruzar hacia los niveles inferiores sin atraer refuerzos. No quiero provocar un colapso ni una estampida." Gepard fruncio el ceño al ver a Aleph un poco más de cerca. "¿Te sientes bien? Estas bastante pálido."
"Estoy bien, es sólo que aún no he desayunado y parece estar pasandome factura ahora." Comentó mientras negaba la cabeza.
Gepard asintió, era difícil de decir si las palabras de Aleph eran ciertas o falsas, pero desafortunadamente la situación actual le daba poco tiempo para disponer de buscar la verdad sobre la condición actual de su compañero.
"Toma." Le dijo mientras sacaba una barra de chocolate de su bolsillo. "Lynx me dio esto. No es mucho, pero al menos no tendrás el estómago completamente vacío."
"Gracias, Geppy." Dijo mientras comía el chocolate en dos bocados.
"... Por favor no me llames así jamás."
Aleph revisó uno de los drones con curiosidad.
Le gustaba bastante, podría apostar a que Stelle también le gustarían.
Devolvió el artefacto sin decir nada más.
"En unos minutos estaremos dentro." Agregó Gepard. "Prepárate."
Aleph asintió una vez más.
**********
Los drones eran un poco más ruidosos de lo que a Aleph le habría gustado, pero cumplían con su cometido. Uno a uno, los centinelas apostados en la entrada principal de la mina caían tras una breve explosión seguida de un zumbido agudo. Algunos apenas lograban emitir un quejido antes de desplomarse.
Gepard avanzaba con tranquilidad, mientras revisaba sus pulsos.
"Conmocionados. Tal como se esperaba." Murmuró. "Tenemos unos pocos minutos antes de que alguno despierte."
Aleph caminó detrás de él con un bate de hielo ya formado en sus manos.
"El núcleo de la operación debería estar más al fondo." Explicó Gepard. "Pero no sabemos si hay más defensas o si alguien más con rango está supervisando la actividad. Necesito que me cubras mientras yo..."
Había un poco de dudas en su tono al ver que el estado de Aleph no era mucho mejor que antes.
"Lo haré. No te preocupes." Interrumpió Aleph. "Adelante. Yo me encargo de los rezagados."
Gepard asintió mientras soltaba un suspiro.
...
Descendieron por los túneles con pasos ni muy rápidos ni muy lentos.
Pronto Gepard detuvo a Aleph para evitar que continuará avanzando al sentir los quejidos y bostezos de una patrulla.
Aleph reaccionó al instante.
Una corriente de aire comprimido barrió el pasillo, lanzando a los tres empleados contra la pared con un impacto seco. Uno intentó levantarse, pero Aleph lo pisó con precisión en el diafragma.
"No hay necesidad de matarlos." Dijo Gepard al llegar a su lado. "Y dejarlos inconscientes podría ser contraproducente, existía la posibilidad de sacarles respuestas."
Aleph se encogio de hombros con indiferencia.
"No pienso matarlos. Pero tampoco voy a ser gentil." Comentó mientras tomaba algo del bolsillo de uno de ellos.
.....
Aleph y Gepard avanzaron con rapidez por el último tramo del túnel central, cruzando pasarelas, plataformas de carga y ductos abiertos con señales de intervención reciente.
Gepard detuvo su paso y alzó la vista con un rostro pensativo.
"Aleph ¿cuantos dijeron Natasha y Oleg que vieron?"
Aleph destruyó unos cuantos robots antes de contestar.
"Veintiséis según Natasha. Sin contar los doce que ella y Oleg neutralizaron."
"Cuando nos topamos con ellos antes de que llegarás nos cruzamos con, creo que veinticuatro o veinticinco. Actualmente llevábamos derribando cerca de sesenta y siete." Dijo Gepard.
Sus dedos aún estaban ligeramente tensos desde el último impacto.
"Algo no cuadra. ¿Cuantos de ellos hay?"
Aleph le entregó la radio que había sacado de los bolsillos de uno de los cuerpos.
Finalmente tras unos segundos de interferencia, una voz masculina se escuchó del otro lado.
"Recuerden que el rendimiento será evaluado. Quien tome más zonas operativas en menos tiempo verá incrementado su bono. Sigan la directiva, y la mina será el primer paso para la expansión."
Otra voz, más lejana, respondió con entusiasmo.
"Llegan refuerzos del sector norte. ¡Vamos por ese aumento!"
La radio chispeó y soltó un zumbido agudo antes de dejar de funcionar, Gepard le dio una mirada a Aleph quien se rasco la nuca con algo de vergüenza.
"Ups, tal vez se daño un poco luego de arrojará a esos tipos con el viento."
No hizo falta decir nada. Ambos se pusieron en movimiento una vez más.
*****
Al llegar a su destino, lo primero que escucharon fue el ruido metálico de un combate en progreso. Luego, la voz de Seele.
"¿Y este tipo quien es…?"
Stelle, Seele y Marzo estaban atrincheradas tras una pila de materiales, enfrentándose a una avanzada de robots tácticos y aurumatas recién desplegados. Al frente, vestido con un uniforme negro, estaba Skott con sus brazos abiertos y una sonrisa torcida.
"¡Al fin! ¡Al fin voy a desquitarme! ¡Me degradaron, me humillaron, me quitaron TODO! ¡Pero ahora, tú pagarás!"
Stelle parpadeó con desconcierto.
"¿Y este tipo quién—?"
El rostro de Skott se enrojecio de la burbujeante ira que sentía.
"No te hagas la tonta. ¡Callejón Aurum! ¡Luofu! ¡Los vendedores! ¡La apuesta!"
Stelle chasqueó los dedos con una expresión como si ya hubiera podido recordarlo.
"Ahh. Eras Snoopy, ¿verdad?"
El rostro de Skott enrojeció aún más mientras las venas en su rostro se marcaban, casi parecía como si estuviera a punto de explotar.
"¡Era Skott! ¡Lyndon Skott! ¡Y te haré pedazos niña mapache!"
"¿Que le hizo Stelle a este tipo para que reaccionará así? ¿Y por qué la llama niña mapache?" Murmuró Seele con desconcierto mientras veía a Stelle puliendo con tranquilidad su bate usando una parte de su camiseta blanca.
"Je je yo que tu me preguntaría que no le hizo." Respondió Marzo con una risa seca, mientras se pasaba una mano por la cabeza. "Y sobre lo de niña mapache... Bueno, la higiene de Stelle no es la mejor."
"¡Falso! ¡Eso es difamación!" Grito Stelle mientras le daba una mirada intensa a Marzo. "Mi higiene es perfecta."
"... Solías bañarte una vez por mes." Comentó Marzo inexpresivamente antes de que su expresión cambiará a una más pensativa. "Ahora que lo pienso ¿No empezaste a bañarte mucho más seguido, limpiar tu cuarto y usar perfume desde que Aleph se subió al Expreso Astral?"
"E-Eso es..."
Marzo chasqueo los dedos como si comprendiera algo.
"¡Ah! y ahora que lo recuerdo creó que hace unos días te escuche teniendo una conversación con Himeko. Algo sobre como emular el encanto maduro ¿Verdad?" Comentó mientras asentia para si misma.
Bajo la mirada curiosa de Seele, Stelle cayó de rodillas mientras miraba inexpresivamente al cielo como si preguntará que sentido tenía la vida si sólo hay que sufrir.
Podía reconocer la expresión por que una vez la vió en su reflejo cuando le tocaron sus clases de etiqueta con Cocolia.
Skott golpeó su tableta de control y una compuerta tras él se abrió. De su interior emergió un robot blindado, imponente, con garras rotatorias y una carcasa más pulida que el ego de quien lo controlaba.
"¡Les presento a la joya de la División de Innovación Aplicada de la Corporación en colaboración con la Sociedad del Conocimiento! ¡Alto poder destructivo, y diez veces más fuerte que esa chatarra antigua que tanto presumen, ese Svarog o lo que sea! ¡Prepárense a ser destruidos!"
El suelo tembló con las pisadas del robot, Skott reía como un villano de caricatura…
Aleph avanzó mientras mantenía una expresión sin palabras.
"¿Quieres que lo distraiga?" Preguntó Gepard
"No. Tú ve por los otros." Comentó mientras se hacía crujir los nudillos. "Yo voy por las nuevas refacciones para Svarog."
....
La orden de Skott fue clara.
Detrás del no Svarog otros robots aparecieron, bestias mecánicas avanzaron como una manada desencadenada, zancadas metálicas, patas afiladas, sensores brillando con tonos escarlata.
Aleph y Stelle no esperaron instrucciones.
Él endureció el bate de hielo entre sus manos, trazó un arco ascendente que partió de inmediato el cráneo reforzado del primero que se acercó.
Ella, por su parte, rodó bajo el ataque de un autómata bípedo y le incrustó el bate con violencia en la caja torácica, haciéndolo estallar en chispas.
"¡Al suelo!" Gritó Marzo, disparando una rafaga de flechas de hielo por encima de Aleph y Stelle, que se clavó entre los ojos de una unidad voladora antes de estallar en un campo criogénico que frenó el avance de otros dos enemigos.
Seele se deslizo con rapidez, apareciendo detrás de los robots.
Aunque eliminó unos cuantos, no pudo evitar notar que su guadaña parecía ser menos efectiva que las armas de los demás lo que hizo que chasqueara la lengua con molestia.
"No se detienen…" Gruñó Gepard, clavando su escudo en el suelo para frenar una bestia blindada que embistió directo contra el grupo.
Sus puños, rompieron los soportes frontales de otra máquina que intentó flanquearlo.
Aleph apenas esquivó el zarpazo de una bestia con pinzas dentadas.
"Maldita sea, ¿por que ahora?" No pudo evitar quejarse mientras sentía el dolor en su pecho regresar.
La fuerza detrás de su barrido sólo logró hacer un daño mucho menor al anterior mientras parecía sostenerlo con un agarre no tan sólido como antes.
"¿Estás bien?" Stelle lo miró de reojo mientras rompía el sensor óptico de otra bestia con su bate cargado de energía.
Aleph no respondió. Solo se alzó, giró sobre su talón y descargó Bufudyne en forma de un látigo congelado cargado con Zionga que atrapó las patas de tres enemigos, los levantó por el aire y los arrojó contra una pared.
Skott observó de pie desde una plataforma superior, impasible. A su lado, un modelo de robot más robusto descendió con lentitud.
El no Svarog era de color plata de con detalles en negro, y por más que Aleph no quisiera admitirlo se veía increíble.
"Unidad M-0SV: iniciar protocolo de supresión total." Ordenó Skott.
El gigante cargó directo contra el grupo.
Marzo retrocedió, disparando tres flechas a las piernas. Seele se desplazó por detrás para cortarlo antes de que pudiera reaccionar.
Gepard y Stelle bloquearon el avance como si fueran una muralla viviente.
Aleph reunió energía en su bate. Pero justo antes de liberar el golpe final, el fuerte sonido de pisadas rompió su concentración.
Una voz se escuchó en medio del estruendo.
"¡Skott! ¿Qué demonios estás haciendo?"
Topaz avanzó con varios empleados armados a su espalda, aunque todavía tenía una sonrisa en el rostro, su mirada molesta estaba fija en Skott.
"¿Tienes idea del daño a la propiedad que estás provocando para un futuro bien de la Corporación?" Su tono bajo, la sonrisa en su rostro desapareció mientras lo miraba con absoluta seriedad. "¿Estás usando recursos de la corporación para probar armamento experimental contra posibles aliados, más aún sabiendo que todo lo que dañes posiblemente no puedas pagarlo aunque te embarguen el sueldo por varios años o incluso por el resto de tu vida?"
Skott bajó la cabeza con los dientes apretados mientras le dirigía una mirada venenosa a Stelle.
"¡No es mi culpa! Es que ellos..." Comentó mientras señalaba al otro grupo.
Topaz nego con la cabeza mientras se cruzaba de brazos.
"Será mejor que guardes silencio. No solo perdiste la compostura, también el juicio. Un 70% menos de bono y rebajado a mantenimiento. Una palabra más y te quedas sin compensación de retiro."
Skott tragó saliva. Miró a Stelle con ira.
"¡Esta no será la última vez que sepas de mi niña mapache! ¡Tendre mi venganza!"
Ella le hablaba tranquilamente con Aleph, ni siquiera le había prestado atención.
"¿Recuerdas que te dijimos que habíamos venido a ayudar a Clara? Bueno, mientras lo hacíamos nos topamos con un robot bastante raro en Villaremache que estaba reparando todo. Pasaron muchas cosas, al final lo pusimos dentro de un Grizzly y lo nombramos Pascal."
Aleph parpadeó.
"¿Pascal?"
"Sí. ¿No te parece un gran nombre para un gran tipo?"
Skott giró la cabeza, furioso de ser ignorado. Dio media vuelta y se marchó sin decir nada, arrastrando su orgullo por el suelo metálico.
Esta no iba a ser la última vez que supieran algo de él, y se aseguraría de dejarlo grabado en sus mentes.