Chapter 11: Capítulo 11: Te voy a salvar parte 2
Capítulo 11:Te voy a salvar parte 2
[Sala de servidores – minutos después de la partida de Richard]
Rebecca se sienta con las piernas encogidas, la pistola descansando sobre sus rodillas. Respira hondo… pero el aire le quema los pulmones. Un sudor frío le cubre la espalda, empapando su camiseta.
Mira sus manos.
Están temblando.
—Es solo el estrés… —murmura, como para convencerse.
Se aprieta la herida. Apenas sangre… pero el tejido alrededor se torna amoratado.
Y duele.
Más de lo que debería.
Una punzada en la nuca. El latido acelerado. Mareo repentino.
Parpadea. El mundo se distorsiona por un segundo. Las luces de emergencia parecen más rojas, más violentas.
Se obliga a respirar. Cuenta hasta cinco.
Y entonces, oye algo. No fuera de la sala… dentro de su cabeza.
Un murmullo.
No palabras. Un eco animal.
Abre los ojos, se lleva la pistola a la sien… y la baja de inmediato, temblando aún más fuerte.
—No… no todavía…
[Más tarde – misma sala]
Rebecca está recostada, los ojos abiertos, pero vidriosos. Su piel parece más pálida, y hay pequeñas venas oscuras visibles bajo la mandíbula.
Un sonido metálico la hace saltar. Apunta con el arma, jadeando.
Nada.
Solo una válvula que gotea en una esquina.
Pero tarda segundos en bajar el arma.
Sus pupilas parecen dilatadas. La boca seca. Los dientes apretados.
Se rasca el cuello.
Hay una mancha oscura bajo la piel. No es sangre.
Es algo que crece.
—Richard… por favor…
[Una hora después – aún sola]
El sonido de los servidores es constante. Un zumbido agudo, casi insoportable.
Rebecca tiene los ojos cerrados, pero se mueve espasmódicamente. Como si soñara.
En sus labios, un murmullo ininteligible.
Luego…
—No… no quiero… —balbucea, con la voz apenas audible.
Despierta de golpe.
Un rugido… desde su garganta.
Se tapa la boca, horrorizada. Su aliento es denso, caliente como vapor contaminado.
Corre hacia un panel metálico y se observa en el reflejo deformado.
Su rostro parece el suyo… pero algo no cuadra.
Los ojos.
Por un instante, no eran humanos.
Y entonces grita.
*Compuerta de emergencia – Subnivel alfa, exterior*
¡CLANK!
La puerta de acero vibra tras el golpe del Tyrant. Richard respira agitado, la espalda apoyada contra el muro. El brazo izquierdo sangra; una herida abierta por escombros lo empapa hasta el codo.
—Mierda… —murmura, conteniendo el temblor en las piernas.
Del otro lado de la compuerta, se escucha la respiración profunda del monstruo. El metal gime bajo otra embestida, pero la compuerta resiste.
Entonces, silencio.
Richard se deja caer un segundo, cierra los ojos… y piensa en Rebecca.
* interior – subnivel alfa*
Richard camina a través de un corredor más limpio, pero no menos siniestro. Luces azules parpadean sobre paredes de acero inoxidable. Las puertas están cerradas con sistemas de seguridad biométrica.
Entonces lo ve.
Una flecha luminosa sobre una pantalla agrietada indica:
"Laboratorio Médico Restringido – Almacén de Sustancias Experimentales."
Está cerca.
Pero antes de seguir… duda.
Mira su PDA. Activa el canal de corto alcance.
—Rebecca, ¿me copias?
Estática.
—Rebecca… ¿sigues ahí?
Solo ruido blanco.
Richard cierra los ojos.
—¡mierda! ¡aguanta Rebecca!
*Laboratorio Médico Restringido – Entrada al Subnivel alfa*
La puerta frente a Richard tiene un lector de acceso biométrico… destruido.
Pantallas rotas. Teclados colgando por cables expuestos. Una placa oxidada aún muestra un número ilegible, pero el letrero encima es claro:
"Acceso al Compuesto D – solo personal autorizado"
Richard frunce el ceño. Mira alrededor.
Un panel secundario parpadea:
"reinicio del sistema: autorización por código de seguridad y fusibles de emergencia."
A su izquierda, una caja de fusibles abierta… varios faltan.
Más adelante, un pasillo lateral con una inscripción desgastada:
"Área de control – Armario de mantenimiento químico".
Richard suspira y se dirige por ese pasillo.
*Pasillo de mantenimiento – Subnivel alfa*
El lugar está lleno de tubos rotos que gotean un líquido lechoso. El vapor que se eleva huele a antiséptico rancio. Los pasos de Richard suenan huecos.
Al fondo, un pequeño cuarto con una luz roja titilando.
Dentro: una consola dañada, documentos quemados… y un armario oxidado.
Fuerza la cerradura con la culata de su escopeta. ¡CLANK!
Dentro hay tres fusibles. Uno de ellos cubierto por un líquido reseco color ámbar. Richard los toma todos.
Un ruido detrás.
Se gira rápido. Nada.
Pero siente que algo lo observa.
—No tengo tiempo para juegos… —murmura, y regresa al acceso principal.
Acceso al laboratorio – Panel de emergencia Richard coloca los fusibles. Uno de ellos chispea. La pantalla muestra:
*fusibles aceptados – carga insuficiente *
*requiere: autorización por código de 4 cifras – combinación simétrica y validación de huellas de dos miembros de personal médico*
—¿Qué…? —Richard frunce el ceño, examinando el panel con desconfianza.
A la derecha, pegada con cinta envejecida, hay una hoja manchada con una nota escrita a mano. La tinta está corrida por la humedad, pero el mensaje aún es legible:
"El código es el reflejo de sí mismo.
La suma de los extremos es igual a la suma del centro.
La puerta se abre solo cuando ambos testigos están presentes.
En caso de emergencia, usar escáner portátil del almacén."
—Simétrico… —murmura Richard, repasando las palabras—. Algo como 1441… o 2332…
Teclea con rapidez: 1 – 4 – 4 – 1
La pantalla hace un breve escaneo del código, luego emite un tono agudo:
*CÓDIGO CORRECTO – INICIE ESCÁNER DE HUELLAS*
Pero la satisfacción le dura un segundo.
La pantalla se tiñe de rojo sangre y otro mensaje aparece:
VALIDACIÓN INCOMPLETA SE REQUIEREN DOS MUESTRAS BIOMÉTRICAS.
ESTADO: RESTANTE 2
Richard aprieta la mandíbula.
—¿Ahora también huellas? ¿De quién?
Teclea comandos rápidos buscando más información. La consola responde mostrando dos nombres:
PERSONAL AUTORIZADO:
Dr. H. Alonso
Dra. L. Wu
*Suspira*
—Genial… Tendré que ir a la morgue.
Mira el pasillo a su derecha. Oscuro. Silencioso.
Demasiado silencioso.
Y se adentra sin pensarlo más.
* Pasillo Anexo – Morgue de Personal Médico*
El pasillo se angosta, húmedo, impregnado por un olor agrio que mezcla descomposición, óxido y químicos vencidos. Las luces del techo parpadean: unas ya muertas, otras gimiendo con chispazos eléctricos.
Richard avanza con la escopeta en mano, atento. El eco de sus pasos se apaga en la oscuridad que lo envuelve.
Dobla una esquina.
Una compuerta está entreabierta. Hay marcas de uñas en la pintura metálica, y una mancha curva de sangre seca desciende por el suelo... como si alguien hubiera sido arrastrado.
Empuja la puerta.
Un zumbido grave lo recibe, acompañado por una ráfaga de aire helado que le corta el aliento. El interior está aún más frío.
La morgue.
Cámaras de refrigeración alineadas. Camillas metálicas. Bolsas negras. Algunas cerradas. Otras abiertas… desde dentro.
Como si algo hubiera salido.
Al fondo, una consola biométrica parpadea en rojo:
ESCÁNER DE HUELLAS – IDENTIFICACIÓN: DOCTORA L. WU
Richard traga saliva. Revisa el lugar con la mirada. Escarcha sobre los metales. Restos de uñas. Sombras donde podrían haber estado cuerpos.
Finalmente, ve un brazo colgando del borde de una camilla.
El cuerpo está hinchado. La piel gris, húmeda. Ojos abiertos, velados por la muerte.
—Perdón, doctora… —susurra Richard, arrodillándose mientras extrae el escáner portátil.
Coloca el lector en los dedos de la mano rígida.
HUELLA 1 VALIDADA – DOCTORA L. WU
Antes de que pueda buscar al siguiente…
¡CLANG!
Un sonido seco. Algo metálico ha caído. Afuera. O ha sido derribado.
Richard se congela. Contiene la respiración.
Pasos.
Pesados.
Lentos.
Seguidos por un arrastre áspero… como si algo rozara las paredes con cuchillas.
El Prototyrant.
Ya está dentro del subnivel.
Richard activa de inmediato el escáner. Revisa las bolsas restantes.
Una está abierta. Dentro, un rostro desfigurado por la descomposición… pero la mano aún está entera.
Coloca el lector temblorosamente.
HUELLA 2 VALIDADA – DOCTOR H. ALONSO
No espera más.
Guarda el escáner y corre fuera de la morgue, cruzando el pasillo.
Detrás, entre el vapor frío, una silueta colosal se perfila. Un brazo monstruoso sobresale del humo.